sábado, 30 de junio de 2007

Reparación*


El viento sólo se topa con el lamento en una noche mágica como ésta. Una noche en la que las estrellas se acercan a admirar la vida contenida en las palmas de mis manos. Una noche en la que si no respiro, no importa, el aire me rodea y es parte de mi ser. Una noche en la que la luz esconde su brillo y el nunca jamás se torna realidad. Los labios y el mismo porvenir se inyectan en mi sangre. Los árboles arrullan tu mirar y la luna apoya su cabeza en mi hombro. Las lágrimas del cielo reparan mi roído corazón y en los ojos concentro la magia recibida. Estoy listo para amar una vez más.

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El Principito - Capítulo XXVII

A veces me digo: “Seguramente el principito encierra todas las noches a la flor debajo de un globo de vidrio y vigila bien a su cordero…” Entonces me siento feliz. Y todas las estrellas ríen dulcemente.

Otras veces me digo: “De vez en cuando uno se distrae, aunque sea por sólo un instante, eso es suficiente... Puede que una noche el principito olvide el globo de vidrio o que el cordero se escape silenciosamente…” Es entonces que los cascabeles se convierten en lágrimas…

Es un gran misterio. Para ustedes -que también aman al principito- como para mí, nada en el universo sigue siendo igual si en alguna parte (no se sabe dónde), un cordero que no conocemos se comió o no a una rosa…

Miren al cielo. Pregunten "¿se habrá comido el cordero a la flor?" y verán cómo todo cambia… Y ninguna persona grande comprenderá jamás que esto tenga tanta importancia.