
Cuando pienso que estoy parado frente a ti viéndote casado no puedo creerlo. Y no porque parezca algo descabellado, sino porque es increíble cómo se ha pasado el tiempo tan rápido. Todavía me acuerdo como si fuese ayer cuando jugábamos a los G.I. Joe's en nuestro depa de marcos rojos en Cayma, o de todas nuestras conversaciones antes de dormir, de todos los momentos en los que me ayudaste y de todos los que me dejaste ayudarte a ti.
Me parece mentira la increíble persona en la que te has convertido, un ejemplo para todos nosotros: inteligente, carismático, con un corazón gigantesco y con muchísimas ganas de salir al mundo a conquistarlo.
Y no podrías haber elegido a una mejor compañera... No puedes empezar a imaginar lo suertudos que nos sentimos de tenerte en nuestras vidas. Siempre supimos que eras súper especial, pero por lo menos yo lo terminé de confirmar cuando viajamos a Cartagena. Fue allí que los vi juntos y pensé “estan listos, realmente se complementan”.
Y eso puedes verlo no sólo en grandes muestras de amor, que las tienen todo el tiempo, sino en el día a día… en cómo están locos el uno por el otro, en cómo bromean y se sacan de quicio, en cómo se quieren, en cómo se admiran, en cómo se respetan… Y especialmente en cómo se ríen y divierten juntos.
Los quiero muchísimo. Sigan disfrutando cada segundo como lo hacen hasta hoy. Hacen parecer que todo es tan simple. No podría pensar en dos personas mejor preparadas para la vida.


