sábado, 1 de mayo de 2010

creer ¿?


El credo fue capturado por el viento y en sus manos hizo trizas el ideal. Los feligreces no tuvieron más fe, no tuvieron mas nada en quién contar.

Vagando por el desierto encontré una de las tablas de la artimaña. Pensando en que quizás no fue sólo una historia me vi frente al espejo... incrédulo, apagado.

Los misterios fueron poco a poco avivando y la llama renació entre las plumas del fénix. Hoy existe de nuevo un artista. Hoy existe de nuevo el saber. Hoy existe el amor y en su centro amatista la razón de su andar y su ser incuestionable

Silencio.