sábado, 8 de septiembre de 2012

Péndulo


Caen los espejos al suelo y se rompen en mil pedazos.

Recuerdos, miradas, todos los atardeceres.

Se caen y se quiebra un poco de mi alma.
Lo que fuimos, lo que somos y el amor en esta casa.

Las hojas envejecen, la madera se pudre.
El tiempo se mece junto al péndulo del gran reloj.

Se caen los espejos aún entre sueños.
Se quiebra tu reflejo y el silencio toma el mando.

Las cosas no parecen funcionar. No hay luz ni agua.
Excepto por el péndulo en la sala.

El polvo se acumula. La luz se desvanece.
Penumbra. Noche. Piedra y abandono.

Sólo queda el péndulo. Meciéndose en silencio.
Y mil y un espejos regados a mis pies.

3 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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