sábado, 19 de septiembre de 2009

con + vida tengo - libertad?


Cuando Juan volvió a la bandada ya era de noche. Estaba mareado y rendido. No obstante, y con verdadera satisfacción, dibujó un rizo para aterrizar y una vuelta rápida justo antes de tocar tierra. Cuando sepan, pensó, lo del descubrimiento, se pondrán locos de alegría. ¡Cuánto mayor sentido tiene ahora la vida!, ¡hay una razón para vivir! Podremos alzarnos sobre nuestra ignorancia y ser libres. ¡Podremos aprender a volar!

Las gaviotas se hallaban reunidas en Sesión de Consejo cuando Juan tocó tierra, y parecía que habían estado así reunidas durante algún tiempo.

-¡Juan Salvador Gaviota! ¡Ponte al Centro! -las palabras de la gaviota mayor sonaron con la voz solemne propia de las altas ceremonias. Ponerse en el centro sólo significaba gran vergüenza o gran honor. Dio un paso al frente.

-Juan Salvador Gaviota - ¡Ponte en el centro para tu vergüenza ante la mirada de tus semejantes por tu irresponsabilidad temeraria -entonó la voz solemne-, al violar la dignidad y la tradición de la familia de las gaviotas...

Ser puesto en el centro por deshonor significaba que lo expulsarían de la sociedad de las gaviotas, desterrado a una vida solitaria en los lejanos acantilados.

Pero la voz de Juan se hizo oír:

-¿Irresponsabilidad? ¡Hermanos míos! -gritó-. ¿Quién es más responsable que una gaviota que ha encontrado y que persigue un significado, un fin más alto para la vida? ¡Durante mil años hemos escarbado tras las cabezas de los peces, pero ahora tenemos una verdadera razón para vivir. Denme una oportunidad, déjenme mostrarles lo que he encontrado.

La bandada parecía de piedra.

-Se ha roto la hermandad - entonaron juntas las gaviotas, y todas de acuerdo cerraron solemnemente sus oídos y le dieron la espalda.

(Juan Salvador Gaviota / fragmento)

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