miércoles, 2 de noviembre de 2016

Viviendo

Será que no nos quedó más que seguir viviendo.
Que se cerraron los paréntesis del cuento.
Será que es tarde para ir soñando, buscando.
Dicen que para ser feliz hay que irse acostumbrando.

Cansados ya de su voz, se dejan morir en un rincón.
Mendigando compasión, ya no caminan ahora... ya no.
Ya no queda qué decir. Y el silencio tuvo que admitir que no quedó nada más.
Ni los recuerdos para olvidar.

Y al apagar las luces las horas se consumen.
De espaldas, esperando la mañana que no será igual que ayer.

Será que no nos quedó más que mentir: "te quiero".
Que el ocultarnos la verdad nos sirve de consuelo.
Será que es tarde y el tiempo nos ha convencido.
Que la distancia no es lugar para trazar caminos.

Cansados ya de su voz, se dejan morir en un rincón.
Mendigando compasión, ya no caminan ahora... ya no.
Ya no queda qué decir. Y el silencio tuvo que admitir que no quedó nada más.
Ni los recuerdos para olvidar.

Y al apagar las luces las horas se consumen.
De espaldas, esperando la mañana que no será igual que ayer.

Y rompen el silencio con las mismas palabras.
Fue la canción de siempre y ya no sirve escucharla.
Y no, la vida no cambiará el mundo mañana, si no sirvió de nada.
Nunca sirvió de nada...

Pedirle tiempo al tiempo y tú allá, tan lejos.
Inentando otra manera de decirme "lo siento".
La vida no cambiará el mundo mañana, si no sirvió de nada.
Nunca sirvió de nada...


("Viviendo" by Danitze. Álbum: Viaje)

Dosis

Su llanto y su sufrimiento me generaban miedo. Sus canciones erizaban la piel de mis venas. Su intención a mi entender era buena pero radical. Su método, una fe extrema que escapa a mi entendimiento.

Qué le habría sucedido a este ser que sufre por pasadizos y literas. Llorando por almas en pena y pecadoras. Derramando deseos por quienes ni siquiera reparan en verlo.

No entiendo, quizás me volví demasiado cínico. Quizás la realidad me dio una dosis demasiado grande de su resplandor y eso terminó por cegarme.

Pienso en las diferencias, las injusticias, los extremismos, la dejadez y a veces no entiendo... a veces no sé. Supongo que es esa dicotomía la que le da sabor a la vida y nos hace humanos, únicos e impredecibles.



Reflexión sobre extremista religioso.
Octubre 2015.

Miedos.

Miro hacia el frente y tus ojos me acompañan e hipnotizan.
"No quiero mirar o me tornaré en piedra". Lo que uno llega a pensar cuando le teme al amor.

Tus manos me sostienen a través de reflejos de luz en los ojos.

La noche se apiada, nos entrega un viaje de vuelta que renueva zumbidos, miradas y colores.

Recojo mi mano si un beso moja la piel. Me odio un segundo por temer. Respiro.

El tiempo se desliza por el borde de los labios. Llegamos completos. El temor y la emoción, el cobarde y el enamorado, el beso, la piedra y el dolor.

Quiero dejarme llevar por el beso, perderme en el fondo de esos bosques a través de reflejos de luz en los ojos.

Quiero tomar tu mano, no temerle más a este miedo y simplemente amar.