domingo, 25 de febrero de 2007

aquí conmigo...

Me encontraba caminando por la calles de Valdivia, yo en ti pensando, entre puertas resonantes que crujían tras los pasos infinitos que cubren esta urbe de melodiosas composiciones improvisadas.

Me encontraba invocándote, recordando aquella dicha que tu amor me daba y de la cual fui privado hace muchos años por uniformados en verde olivo, que gozaban con las lágrimas de sangre y las gotas de dolor de inocentes herederos del pueblo Macabeo.

Fue hace tanto… pero el recuerdo vive fresco en mis ojos y aún hoy escucho los gritos de desesperación que marcaron mi vida en adelante.

A veces me parece verte, oírte, tocarte y suplico al cielo para que la ilusión no termine, que no tenga que despertar de ese hermoso sueño para encontrar mi lecho en soledad.

Ruego al tiempo apuro para terminar con mi sufrimiento y poder estar contigo nuevamente, sentir el suave perfume de tu piel, rozar tus labios y encontrarlos con los míos, tenerte cerca de mí, tenerte aquí… conmigo.

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