jueves, 13 de diciembre de 2007

...unA mañanA

Dieron las 6:30am y sonó el despertador. Sus párpados se abrieron con suavidad, como si ya -acostumbrados a la rutina- sus ojos supieran cuándo sonaría exactamente la alarma.

Miró al techo y suspiró. El silencio era inminente. Un rayo de luz se colaba, iluminando el vaso de agua sobre su mesa de noche. Tomó un par de tragos y caminó hacia la ventana. Las persianas desaparecieron una a una y liberaron un sol cautivo y los colores de un perfecto día de verano.

Otro trago de agua, esta vez sosteniendo el vaso con ambas manos. Nadie en las calles, ninguna bocina ni pasos sobre las aceras. Nadie alrededor. Jamás te extrañaría tanto como en ese momento.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me encanto. te leo